Introducción
En tiempos de pruebas y oscuridad, encontrar una guía espiritual puede llenar de serenidad y esperanza el corazón. La fe es esa luz que nos guía incluso en los momentos más oscuros. Santa Lucía, símbolo de devoción y coraje, nos enseña a mirar con ojos llenos de amor hacia Dios, confiando en Su bondad y gracia. A través de esta oración, invocamos su poderosa intercesión para iluminar nuestro camino, al tiempo que celebramos su espíritu inquebrantable.
Oración
Oh eterna y gloriosa Santa Lucía,
testimonio viviente de la fe,
Ilumina nuestros corazones
con la luz de tu devoción.
Oh farol de amor divino,
enséñanos a ver con tus ojos,
llenos de paz y esperanza,
guándonos hacia la verdad eterna.
Santa Lucía, mártir de noble alma,
en la oscuridad, sé nuestro faro,
Petición sincera te hago,
guía mis pasos por el sendero justo.
Con tu intercesión gloriosa,
recoge mis súplicas y deseos,
entrelazándolos en la gracia
del Altísimo, en quien confío.
Concede a nuestro espíritu la fortaleza,
para enfrentar las sombras
con valentía renovada,
y un corazón en paz iluminado.
Santa Lucía, en la luz de tu resplandor,
encuentre mi alma el descanso.
En el nombre del Creador,
sea bendecido mi camino. Amén.
Conclusión
Que esta oración nutra el alma de quienes la reciten, le otorgue consuelo y reafirme la dedicación a vivir en la luz de la fe. Que la intercesión de Santa Lucía nos llene de claridad y fuerza para afrontar las vicisitudes de la vida con alegría y confianza en el divino propósito. Amén.
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