Introducción
Al abrir nuestros corazones hacia el máximo Amor Divino, nos sumergimos en una serena comunión con Dios, buscando en Su misericordia el refugio y el consuelo que nuestras almas anhelan. En tiempos de incertidumbre y lucha, que esta oración sea un faro de luz que guía nuestro camino. Inspira cada palabra con la confianza de que estamos siempre bajo el amparo de Su gracia infinita.
Oración Principal
Padre misericordioso,
llena de paz nuestros corazones,
que el suave murmullo de Tu amor
sea la melodía que nos reconforte.
Invocación a la Misericordia
Señor eterno,
cuyo amor nos envuelve en plenitud,
ven y habita en este humilde corazón.
Eres la esperanza que nunca cesa,
la luz que disipa toda oscuridad.
Petición de Gracia
Concede Señor,
Tu gracia infinita a nuestras almas,
y haz que nuestras vidas reflejen
Tu voluntad divina.
Que, en cada prueba, encontremos
la fortaleza que proviene de Ti.
Confianza en Jesús
Jesús, palabra de amor y piedad,
nuestro refugio y salvación,
en Tu misericordia encontramos
la paz que el mundo no puede dar.
Nos aferramos a Tu promesa:
estás con nosotros hasta el fin.
Jaculatoria de la Misericordia
Oh Sangre y Agua,
fuente de misericordia infinita,
en Ti ponemos nuestra confianza
y anhelamos Tu presencia serena,
siendo faro en nuestra travesía espiritual.
Conclusión
Dios de compasión,
en la quietud de nuestras almas,
bendícenos con Tu paz eterna,
y que cada día renueve nuestra fe
en el milagro de Tu amor.
Oración Final
Nos entregamos a Ti,
oh Padre amoroso,
por los méritos de Cristo,
te alabamos y glorificamos,
por los siglos de los siglos. Amén.
Notas
- Origen de la Devoción: Inspirada por las revelaciones que Santa María Faustina Kowalska recibió, esta devoción proclama el inmenso amor y misericordia de Dios hacia la humanidad.
- Aprobación y Canonización: Santa María Faustina fue canonizada en 1993, y su legado continúa inspirando a millones a buscar la infinita misericordia de Dios.